martes, 4 de diciembre de 2007

La mesa está servida

Habían sido expulsados de la casa en el otoño de 1923. Él (que más tarde interpretará a James Toms) tenía siete años y su hermana (sólo Emma) cinco. Su padre (lo recuerdan muy bien) los pasaría a buscar la semana entrante; pero nunca pasó. Elsa lo dio por perdido y los crió sola.
Vivieron unos años en una casa por Chacarita, cerca del cementerio. Tenía un pequeño living que daba al patio, donde él y ella solían jugar durante el día. Elsa pasaba la mayor parte del tiempo en el dormitorio. Tendía las camas, ordenaba la ropa y limpiaba la mesita de luz. Tantos años trabajando de eso se convirtieron en rutina.
Una carta anónima llegó un domingo. Elsa temía otra vez caer en la mentira. En vano intentó negarse; el lunes se mudaron a Almagro, y lo esperaron ansiosamente, siempre en vano. Al fin y al cabo, qué importancia tenía…Elsa tenía a sus dos hijos, una linda casa con vitrales franceses, él les pagaría una institutriz. Podrían seguir viviendo sin él.
Elsa decidió irse a través de los vitrales. Cayó en el piso con un vidrio clavado en una arteria. Los chicos leían en sus dormitorios, uno a Poe, la otra a Stevenson. Escucharon la caída, bajaron y ya era tarde. Con sus diecisiete años, él decidió vengarse. Emma, en cambio, no reaccionó. Ya no tenía ni a su padre, ni a su madre.
Siguieron pasando los años y los hermanos se convirtieron en adultos. Sobrevivieron los primeros días con la pensión que les seguía pasando su padre, y luego, al ambos pasar los 21, debieron trabajar. Pudiendo ir a la Universidad al mismo tiempo que trabajar, los dos coincidieron en que era mejor el trabajo, para no demorarse tanto. Como pequeña herencia, su madre les había dejado los hábitos de la limpieza, de modo tal que pudieron ejercer como mayordomos. Por primera vez, fueron tomados por una de las familias más conocidas en Buenos Aires, los Fernández. Trabajaron en esa estancia unos dos años, iniciando una fama de alto nivel. A su vez, los Fernández los recomendaron con una familia amiga, los Pinedo, ya que éstos dejarían el país para instalarse en el exterior. En la casa de los Pinedo pasaron tres años algo movidos. Él tuvo un idilio con la hija menor, dejándola embarazada. Un gran inconveniente, que podría echar todo a perder. La solución fue un acuerdo entre los dos: ella se casaría con su novio y tendría un hijo “prematuro”. Luego el dolor de ver a su hijo en manos de una persona tan vil como lo era ese tipo obligó a nuestros hermanos a abandonar esa casa de los Pinedo, para dirigirse a una última casa antes de llegar a la gran mansión. Para el momento de la casa última, la famosa casa de la familia García Castellone, los hermanos tenían 26 y 28 años. Los chusmas son muy mal vistos entre la sociedad, pero la fama que habían tomado estos hermanos era increíble: en la ciudad, entre las familias más adineradas, sus nombres, el de James Toms y Emma, era símbolo de excelencia y confianza. Ésto les facilitó la entrada a la casa que ellos añoraban desde chicos.

Continuará…

p.d: soy pili desde la sesión de kari, no me puedo logear...jaja

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