Le dolía todo, y no se sentía mal.
Le tiraban los cachetes, los labios, y hasta los ojos.
Le dolían la cabeza y los dedos de las manos.
Y no era por enfermedad, no.
Era por no dejar de sonreir, por no dejar de escuchar ESE tema ni de comerse las uñas.
2 comentarios:
Cla, me gusta mucho cómo estás escribiendo -lo digo también por un par de cosas que leí en tu blog: me acuerdo ahora del texto de las teclas a lo largo del día-.
Mi única observación de detallista insoportable -y altamente subjetiva, aclaro-, es que en mi caso particular yo pondría "ese" en cursiva o itálica -en Word es la opción "k"- y no en mayúsculas. Esto es una pavada igual.
Esto también parece una prosa poética, ¿no?
Es una descripción sumamente precisa de un estado de ánimo compulsivo que todos conocemos. Eso está muy bueno: cualquiera puede decir: "sí, sé perfectamente de qué está hablando".
El "movimiento" de esta definición es muy lindo para mí:
Primero, signos y síntomas -como si la voz poética respondiera a un médico-, contraponiéndolos a lo que no es: una enfermedad.
Segundo, la causa de esos signos y síntomas, su explicación, pero solo en lo más inmediato.
Y me gusta que llegue hasta ahí y se detenga: ¿quién sabe por qué uno no puede dejar de escuchar esa canción, de sonreír y de comerse las uñas?
Y además no importa, lo que importa en el texto es la captación de ese momento -de ese sentimiento, estado anímico o lo que sea-, y no su explicación.
Lo bello es que logra expresar una manifestación de nuestra dimensión pasional. En ese sentido, tu texto me hizo pensar en la infancia; pero inmediatamente pensé en todo el ámbito de una vida: las pasiones son como un río que atravieza nuestra vida desde el principio hasta el fin; es más: las pasiones son ese río que es nuestra vida, y que de alguna manera nosotros somos, pero a la vez nos recorre.
Bueno, estuviste muy bien con lo de Macanudo, queda muy macanudo en el blog.
Esa misma viñeta yo la recorté y la puse adentro de una antología de comics de Sandman -"señor de los sueños"- que me regalaron hace tiempo.
Tengo en mente otra de Macanudo que si la encuentro en la web, la subo al blog.
Buen texto Cla, me gustó y en parte lo envidio, ya que nunca pude escribir sobre felicidad, o al menos sin terminar en tristeza.
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