Alfombraron Libertador y yo salgo del concierto caminando sin zapatillas sobre el suelo rojo.
Y si se va con otro? Qué haces?
Rojo! Paro. Amarillo! Pongo primera. Verde! Sigo caminando.
Sigo caminando y vinen un auto destartalado de contramano que ensucia la alfombra con aceite. Lo sigue la policía, que también viene de contramano y manejando mal...y desaparecen en el punto de fuga.
Subo la escalera; bajo la escalera y llego al río a tomar mate con azúcar.
Y me quemé la lengua.
Camino dos cuadras, me ladra un perro, insultás, y llegamos a mi casa. Cierro la puerta, te dejé en la calle y me fui a dormir.
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2 comentarios:
Como hablamos cuando lo leíste en el taller, me gusta de este texto que no haga alarde de lo inverosímil o extraordinario, sino todo lo contrario: todo pasa en clave de algo cotidiano. La enumeración apretada de sucesos (en la parte final), con significación emocional, es algo muy tuyo y está muy bueno.
kapita con una capa de lentejuelas robadas del traje de luz de un toreador asesino!!!!!
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